domingo, 13 de abril de 2014

Hacia la ciberdependencia y otras reflexiones

  • Vivimos desde hace tiempo en un mundo de siglas, acrónimos y términos técnicos como jamás se había vivido. Quien no tiene una cuenta en Hotmail, Gmail o cualquier distribuidor de correo electrónico, simplemente, no existe. Si no tienes perfil en Facebook, Twitter, Linkedin o cualquiera otra red social, simplemente, no existes. O al menos eso piensa una gran cantidad de gente que dedica, diariamente, un gran esfuerzo por mantener activas sus redes de comunicación social. Sin embargo, ¿tenemos la certeza de que esta frenética actividad en el mundo virtual sea realmente un recurso adecuado para nuestra salud psíquica? ¿No estaremos volviéndonos unos "ciberadeptos", unos "ciberdependientes" que sustituyen determinado tipo de sustancias por otro tipo de estímulos sensoriales que acaban alterando de manera notable nuestra percepción del mundo real?
  • Supongo que en estos momentos las sociedades de especialistas en psiquiatría y los colegios de psicólogos deben tener una catalogación de las nuevas dolencias que este mundo digital está generando. Sin embargo no podemos negar las posibilidades que nos abren las nuevas tecnologías y los avances que, a corto plazo, este mundo cibernético nos deparará. Pero una idea me ronda desde hace tiempo: se hace necesaria una educación tecnológica básica que respete las normas éticas fundamentales y que nos sirva para establecer los nuevos parámetros morales sobre los que debemos construir esta sociedad. Por ese motivo la educación para la ciudadanía necesita de un apartado específico que contemple una "educación para la e-ciudadanía", tanto en el ámbito de la educación obligatoria como en el de la postobligatoria. 
 

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